sábado, enero 24, 2009

Día 540, sábado

Las tardes de enero son lisas e improductivas. Me paso las horas echado en mi cama, revisando libros de poemas y repitiéndome constantemente que tengo que hacer algo pronto. El silencio del departamento se parece mucho al limbo de los desempleados. Tengo que hacer algo. Pronto. El sol se echa sobre mi cama como si quisiera hundirme en su calor abrasante. El teléfono siempre está a punto de sonar.